Escribir un prólogo para un libro de arte constituye, para alguien cuyo oficio es la palabra, un desafío. Desafío que se acepta cuando el artista coincide en un punto con el escritor. La obra de Jorge Garnica toca ese punto a través del misterio, de lo onírico. Tiene la sensibilidad de conectar mundos abstractos donde plantas, con inusitado follaje se abren paso en oscuros espacios que presagian otras constelaciones, otros universos, otros seres inquietantes… En los dibujos de Jorge Garnica hay fuerza, fantasía y, sobre todo, el poder creador que se transmite en ese elegante trazo tan suyo. La proximidad de su obra, como la del mar nos hace sentir que la misteriosa y distante belleza es posible. M. K. |